sábado, 6 de mayo de 2017

¡En la Combi!


A Puno lo recorro de extremo a extremo caminando (claro que solo me muevo por el centro y lo más lejos que voy, es a la Universidad del Altiplano), es una ciudad pequeña, desordenada pero pequeña, no me resulta fácil entender la necesidad de tomar un colectivo o combi como aquí le llamamos (porque es lo único que hay). Hoy subí a una de ellas, desperté muy tarde y tenía que alcanzar a mis clases en la Escuela de comunicación no me quedó otra opción. 

Mientras recorro la ciudad, esta vez en combi, sentado en uno de sus minúsculos asientos improvisados, pienso que uno de estos días iré a entrenar, desde enero que no lo hago, entreno Jiu Jitsu Brasileño o mejor dicho entrenaba (y no se si vuelva), lo recuerdo porque las palabras de mis compañeros de entrenamiento retumban en mi cabeza, una suerte de sentencias que aseguran que el Jiu Jitsu es el mejor arte marcial, incluso debatimos largamente el tema con mi buen amigo Karlos M., mientras varias tazas de té piteado desfilaban en uno de los huariques de la ciudad. 

Me pongo a pensar en ellos y en otros compañeros, de otros lugares, de otros colectivos, compañeros de comunicación por ejemplo, piensan que comunicación es lo mejor; años atrás, mis compañeros de antropología creían, o creen aun, que antropología es lo máximo, lo mismo con la música (reggaetón vs rock), de la danza (caporales vs salsa), de la literatura (no voy a mencionar a Coelho porque eso no es literatura), del cine, etc.
¡Es cuestión de gustos!... ¿Cuál es el límite de esta frase? ¿Qué pasaría si me encuentro con un Coelho Lovers? ¿Debo decirle que lo que lee reproduce un narcisismo preocupante? ¿O citando a Quetzal, la voz anónima del canal de YouTube Ovejas Eléctricas: “Coelho debería morir quemado en un lavabo para que muera entre el dolor y el olor a mierda”? ¿O simplemente debo decir, ¡wau que bacán!? Mientras pienso lo mismo sobre el lavabo.

La cuestión es que tengo derecho a decírselo, y cualquiera puede ningunear a mi autor favorito, por ejemplo, si me dicen que Bryce Echenique es plagiador, respirare profundo para no romperle la cara y contestaré pacientemente que, bueno, a mí me gusta, plagie o no; todo el mundo tiene derecho a expresarse y hay que tolerar esa opinión.
Todo esto pienso porque la combi no avanza, debido a la feria de las alasitas, y una vez más me arrepiento de haber subido a esta pequeña combi de feria, porque caminando ya hubiera llegado a mi destino.

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